Entre estos tantos detalles, que solemos ignorar cotidianamente, nos llamó la atención un espacio que tal vez no es TAN COTIDIANAMENTE frecuentado por nosotros: El aeropuerto.
Pero no cualquier aeropuerto. No, no, no. EL aeropuerto. NUESTRO aeropuerto. El triple vez premiado latinoamericanamente aeropuerto. ¿Ya lo ubicaron? El Aeropuerto Jorge Chávez.
Decir adiós es quizá lo que como un cliché es considerado “lo más difícil de hacer”. Pero ¿qué hay detrás de esa fría palabra? Al pasar de los días, las horas, los minutos y los aviones que alzan el vuelo… escuchamos a lo lejos un “Adiós” más. Si nos acercamos un poco a esas voces quizá podamos notar cómo tiemblan, cómo están cargadas de tanto… de tanto que no sabemos “ver”. Está en todas partes. No todo comunica, pero todo significa. Una mirada que esquiva a otra, una lágrima que se dibuja en la mejilla… ¿Quién sabe, no? Quién sabe. ¿Qué hay detrás o, mejor dicho, qué hay dentro de la palabra “adiós”? Decir “adiós” no es quizá lo más difícil. DECIR. Decirlo quizá no lo es. Entonces ¿qué? ¿Qué es lo que lo hace tan difícil?
En nuestra visita al aeropuerto Jorge Chávez de Lima, pudimos detenernos un poco más de tiempo, en tratar de entender y ENCONTRAR todo aquello que se esconde en el abrazo de despedida de muchas personas, que lloran a sus seres queridos.
Hay aeropuertos y hay Aeropuertos. Pues el Jorge Chávez es para nosotros, aún con mayor razón después de hacer este análisis, el Aeropuerto. ¿Por qué? Pues sigan leyendo…
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