¿"No - Lugar"?


En esta sección se tratará el concepto “no lugar” y su relación con el aeropuerto, con ayuda de la obra del antropólogo francés, Marc Augé. En 1992 publicó: “Los no lugares. Espacios del anonimato: una antropología de la sobremodernidad”, donde destaca este último término como una construcción a partir de una reflexión sobre la identidad del individuo en relación con lugares cotidianos y tecnología.


También, se tendrá como referencia el texto de la arquitecta María Dora Foulkes, “El lugar y el no lugar en la utopía de la ciudad privatizada” y el blog de unas alumnas de la Universidad de Valencia denominado: “Lugar, no lugar: la exploración de los sitios cotidianos”, que toman como autor principal al francés mencionado anteriormente.

Fotografía de elaboración propia

Con respecto al texto de Augé, se utiliza el concepto “no-lugar” como un espacio que no tiene la importancia suficiente como para ser considerado un lugar, como por ejemplo, un supermercado, una autopista o un aeropuerto. A continuación se mostrará una cita donde se definen los conceptos de “lugar” y “no lugar” según este autor:
“Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar. (…)”


Y propone dos realidades complementarias pero distintas de los no lugares. La primera son los espacios constituidos con relación a algunos fines ya sean como transporte, como ocio o como comercio. Y la segunda, la relación que hay entre los individuos y esos espacios. Además afirma que la sobremodernidad es productora de no lugares, o sea, de “espacios que no son en sí lugares antropológicos y que (…) no integran los lugares antiguos: éstos catalogados, clasificados y promovidos a la categoría de lugares de memoria (…)”.


Fotografía de elaboración propia


Pero para Foulkes, los no lugares son de dos tipos:
1.       Lugares anónimos de paso son casi copias exactas que tenemos de otras partes del mundo como los supermercados, las rutas por peaje o los aeropuertos.
2.       Lugares de tránsito, es decir, donde se estacionan temporalmente las personas, por ejemplo, los que viven en la calle.
Nadie se siente en ellos como en su casa, nadie lo siente suyo. Es ahí donde se borran las nociones de territorio, de identidad y de pertenencia, pues no son registrados como “lugares memorables” por la colectividad.
A diferencia del “no-lugar”, el concepto de “lugar” expresa la identidad y la unión del grupo. Es la búsqueda de una imagen que sea útil para sentirse protegido, por ejemplo, la plaza o el lugar de culto; espacios que las personas se apropian e identifican y además, sienten poseer cierto grado de pertenencia. Para Augé, son lugares los espacios antiguos, agradables y sociales y, por el contrario, los no-lugares son nuevos, anónimos y fríos.

En referencia al Jorge Chávez, es visto, pero no registrado. Son usados por millones de personas con diversidad de orígenes, tradiciones, lenguajes, posiciones; donde se establecen relaciones interpersonales entre seres anónimos, uno es solo, pero semejante a todos. La arquitecta, en su texto, señala que los “no-lugares” son aquellos espacios que poseen cierta relación contractual, es decir, se paga por entrar en él. Por ejemplo, si vas a dejar a alguien en el aeropuerto, tienes que pagar por el estacionamiento. Además, existen condiciones de uso y códigos de comportamiento consensuados por la sociedad.


Asimismo, Augé menciona a Michel de Certeau, filósofo e historiador francés, el cual cuando se habla de no lugar dice que “es para hacer alusión a una especia de cualidad negativa, de una ausencia de lugar en si mismo que le impone el nombre que se le da. Los nombres propios (…) imponen al lugar un mandato venido del otro (…)”